En las últimas décadas se han producido grandes avances en la tecnología que permiten realizar estudios de resonancia magnética cada día más complejos.
Asimismo, se han producido numerosos avances en diferentes tratamientos de enfermedades cerebrales como es el caso de los tumores.
Las técnicas de cirugía son cada día más precisas, con microscopios de última generación, que permiten al neurocirujano extirpar el tumor con el menor daño del cerebro normal vecino al mismo.
Para ello es necesario entre otras cosas, poder realizar estudios de resonancia de alta resolución y con técnicas adicionales que son parte de lo que se conoce como resonancia multimodal.
Esto incluye la realización de imágenes de alta resolución, la utilización de medio de contraste en distintas modalidades, y la utilización de nuevas secuencias como la perfusión, espectroscopía y la tractografía.
La perfusión es la técnica que permite estudiar el componente vascular de los tumores y de forma rápida permite obtener información de gran utilidad para diferenciar tumores benignos o menos agresivos, de aquellos malignos, con peor pronóstico.
Es también una técnica fundamental en el seguimiento de pacientes ya tratados, con cirugía, quimioterapia y radioterapia, para controlar la evolución de la enfermedad y poder así determinar la efectividad del tratamiento elegido.
La espectroscopía es una técnica que permite analizar la composición metabólica del tejido cerebral, sano y patológico, sin necesidad de tomar una muestra histológica.
Esto ha llevado a que sea una técnica conocida como “biopsia virtual”, sin necesidad de realizar procedimientos invasivos.
En el caso de los tumores es una técnica muy útil para distinguir a verdaderos tumores que requieren de un tratamiento quirúrgico, de otras lesiones que no necesitan cirugía para su tratamiento.
También permite diferenciar entre diferentes tipos de tumores y por ello aporta información de gran importancia para la toma de decisiones.
Por último, la tractografía es una técnica que permite estudiar las vías de sustancia blanca cerebral y sus relaciones con los tumores lo que es fundamental para una correcta planificación del procedimiento quirúrgico y predecir el eventual daño que puede producirse luego de una cirugía compleja.
Estas técnicas son de alta complejidad y se realizan en nuestro país desde hace algunos años, siendo el Centro de Alta Tecnología uno de los que tiene mayor experiencia en su realización.
Se realizan de rutina y son analizados por un grupo de especialistas de gran experiencia, con formación en el extranjero y que han compartido su conocimiento en Congresos Nacionales e Internacionales.
Ejemplos de Estudios
Paciente de 6 años de edad con diagnóstico de tumor de cerebelo (flecha).
Este tumor es clásico de la edad pediátrica y la técnica de perfusión (C) permite analizar que se trata de un tumor con escasa cantidad de vasos en su sector sólido, lo que hace sospechar la posibilidad de que se trate de un astrocitoma pilocítico (tumor de bajo grado).
Paciente de 14 años con historia previa de epilepsia.
Se realiza resonancia para buscar una posible lesión y se identifica como causa de la misma la presencia de una alteración en el hemisferio cerebral izquierdo cuyo diagnóstico no se puede realizar sin biopsia (flecha).
Se realiza espectroscopía (C) para contar con mayor información y así tomar las decisiones más adecuadas.
La misma presenta un patrón característico de un probable tumor, lo que se confirma luego de la cirugía con el estudio histológico.
Paciente de 56 años con cáncer de mama y una metástasis cerebral (flecha).
El neurocirujano en su planificación solicita una tractografía (C, D, E) para analizar las principales relaciones de la lesión con el tejido sano y así realizar un procedimiento quirúrgico más preciso y sin lesiones innecesarias.
La técnica permite analizar las diferentes vías del cerebro que se codifican en diferentes colores y establecer las relaciones que estas tienen con el tumor.